A lo largo de la infancia el pelo pasa por muchas etapas, aparte de las típicas “calvitas” de bebé, su forma, color y cantidad varían notablemente en un corto periodo de tiempo.
Los cabellos rizados son, generalmente por desconocimiento, los más difíciles de tratar y cuidar. Tanto los rizos de bebé que muchos padres quieren mantener en sus hijos (aunque luego desaparecen), como los rizos naturales permanentes, suelen tener un mantenimiento específico.
Uno de los errores más frecuentes suele ser el peinado. Aunque parezca todo lo contrario, cuanto más peines un pelo rizado más lo “despeinarás”, por lo que tendrá un aspecto desaliñado y descuidado.
¿Entonces cuándo y cómo peinar el cabello rizado? ¡Solamente cuando esté completamente mojado! De lo contrario, nunca debe peinarse. Una vez lavado, procedemos a desenredar y peinar, preferiblemente con un peine de dientes anchos. Al día siguiente podemos humedecernos un poco las manos y colocar el pelo apretando el rizo. Si pretendemos desenredarlo, debemos mojarlo nuevamente, ya que de lo contrario el pelo tomará un aspecto encrespado.
Una buena opción es mojarlo con un bifásico o acondicionador sin aclarado, para colocar el pelo despeinado con las manos, también es posible usar gomina u otro producto para cabello rizado.
Los pelos rizados quizá sean más complicados de peinar que los lisos, pero realmente son muy vistosos y bien tratados pueden ser sencillamente espectaculares, así que ¡ánimo!
En colaboración con: Sara Vicente Gallardo.